POR ROBERTO VALENZUELA.- Son de gran importancia para la humanidad las contribuciones del filósofo chino Confucio (su verdadero nombre era Kong Zi). Sus enseñanzas se fundamentaron en los valores éticos y morales en la administración pública. Sus biógrafos expresan que la grandeza de Confucio se inició cuando le correspondió, siendo muy joven, administrar graneros estatales.

Lo hizo con tanta eficiencia, dignidad que cuando le tocó ser ministro de Justicia aplicó los mismos principios que cuando fue cuidador de graneros. Así explicaba su teoría que las buenas costumbres, los valores morales se inician desde la casa y que el que cuida y administra bien los centavos, también cuidará las grandes cantidades: «el que se roba lo poco, se roba lo mucho».

Confucio proclamaba como una excusa tonta el decir que se roba por necesidad, el honesto es honesto y siempre buscará mil maneras para sobrevivir sin ponerle la mano a lo ajeno. El corrupto es corrupto y nada más: siempre buscará un pretexto para apoderarse de lo ajeno.

El pensamiento político de Confucio se fundamentaba en varios puntos: respeto a la autoridad familiar, no sólo en la vida privada, sino también en la vida pública de los hombres y las mujeres. El soberano (el rey) es concebido como un gran padre de familia y la sociedad como una gran familia. Para él, la familia es el origen y el fin de todo, la salvación y la perdición de las sociedades.

El pensamiento político, filosófico en la Antigua China fue dado a conocer por Confucio (551 a 479 a. de n. E.,) y su discípulo Mención. Confucio era un visionario, libre pensador, aunque le tocó vivir dentro una organización política feudal: el poder era ejercido despóticamente; y la principal estructura económica y social estaba fundada sobre la esclavitud.

Después de varios años siendo ministro de Justicia dimitió, por inconformidad con el príncipe, ya que prefería dejar el cargo antes que corromperse o hacer algo que vaya en contra de sus principios morales. Confucio fue implacable contra la corrupción, ya que entendía que era una retranca para el desarrollo de los pueblos e impedía que el bienestar, la suerte, la dicha llegue a los más pobres, a todos los ciudadanos en sentido general.

Confucio ganó popularidad por “haber derramado sangre real”, es decir, hizo fusilar un funcionario de la realeza, un familiar cercano al rey. Aunque sirvió de ejemplo a todo aquel que intentase robar los fondos públicos, Confucio cayó en desgracia con el gobierno real. En aquel tiempo, llegó a la conclusión que el juez que imparte justicia, el maestro y cualquier otro funcionario debe ser un modelo a seguir para la sociedad. Fuente: Instituto Confucio, Fundación Confucio. Estas son organizaciones que se dedican a promover los valores y el pensamiento de este gran pensador chino.

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