POR FRANCISCO PORTES B.- Los moradores de los alrededores del Destacamento del barrio El Tamarindo, en Santo Domingo Este están al borde de la desesperación por la estridencia que produce el Colmado Wilming, ubicado en la Calle Respaldado Duarte, a menos de 50 metros de la dotación policial, situación que se produce, por la supuesta relación que tiene el administrador o propietario con el encargado de la policía.
Según los denunciantes, los propietarios del establecimiento se jactan de decir que pagan su dinero para que no les molesten y a juzgar por los escándalos parece ser verdad, ya que goza de inmunidad; nadie le molesta mientras que con su escándalo dañino afecta a los demás.
La Iglesia vecina al colmado tiene que suspender los cultos, sobre todo, los fines de semana que es cuando se intensifican los ruidos, teniendo los alabadores de Dios que trasladar sus actividades para los días menos bulliciosos y en horas laborables, viendo así reducir la participación de sus feligresía.
Los afectados sugieren que las autoridades se dediquen a proteger a los ciudadanos y no a dar apoyo y confabularse con quienes les arruinan la vida, sin tomar en consideración ningún tipo de edad y perturbar la tranquilidad y la salud.
Expusieron que los fines de semana, después de agotar su jornada de trabajo quieren estar en sus hogares en paz, disfrutando de tranquilidad juntos a sus familiares; pero el colmado y la complicidad policial no se lo permiten, desean cualquier cosa, menos la llegada de la noche y los fines de semana.
«Como la policía no tiene compromiso con la protección ciudadana y que solo le interesa su peaje, nosotros acudimos al Presidente Luís Abinader para que nos proteja» manifestó un afectado, indicando a la vez que la situación por la que atraviesan es vieja; pero que en los últimos 40 días se ha empeorado 200%, porque los nuevos vienen con más hambre de dinero, que los agentes policiales son vistos entrar al colmado y salen rápido y contentos.