Por Francisco Portes B.- La debacle del Partido de la Liberación Dominicana sigue su agitado curso sin detenerse y con perspectivas a su destrucción y desaparición total, como si estuviera cumpliendo su ciclo final, tal como lo plantea Wilie Colón en sus letras de la salsa que vocaliza Héctor Lavoe, «Todo tiene su final»

 

Radhamés Fortuna, hasta ayer fue uno de los personajes políticos más destacados del municipio Santo Domingo Este, tanto es así que ocupo una curul en la Cámara de diputados por tres periodos consecutivos, y, uno de los más fieles al falso líder del PLD, Danilo Medina.

Sin duda alguna, la salida de Fortuna, de ese partiducho, hombre trabajador como la más afanosa abeja de una Colmena,  dejará un gran vacío y arrastrará consigo un buen puñado de pueblo, Fortuna sirvió al PLD por más de cuatro décadas, hoy tomó una sabia desición.

Sin guardar luto al viejo y desintegrado partido, el consumado político visitó al principal y real único líder de la oposición dominicana, Dr. Leonel Fernández Reyna.

En los actuales momentos, el partido de la Liberación Dominicana (PLD) se conduce sobre un plano inclinado y resbaladizo, cuyo futuro es el abismo insalvable, impulsado por un egoísmo irracional y una figura pulverizada cuyo ciclo cumplió; pero no se dio cuenta del mismo, envuelto en la cursilería de un liderazgo.

Ese líder fantasma, fantoche y errático no comprendió que el artífice de construir una escalera mantiene el conocimiento y las herramientas para cuando lo entienda de lugar modificarla o desbaratarla, según el momento.

Fortuna sirvió al PLD por más de cuatro décadas, hoy tomó una sabia desición.

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