Por Francisco Portes B.- Los haitianos que se establecen en la República Dominicana, desde su entrada al país se convierten en una clase de parásitos para el Estado, ya que los mismos no aportan absulutamente nada positivo, tan pronto crusan la frontera son una carga perpétua, son consumidores voraces de todos los rubros.

Sabido de más está que ellos, los haitianos no pagan impuestos, no pagan la luz electrica donde viven, no limpian, o sea, son cochinos o puercos, viven como cualquier otro animal, no respetan las autoridades, satisfacen sus necesidades fisilógicas en la calle,etc.

El presupuesto de nuestros hospitales se consume o segasta más en ellos en que los dominicanos que somos los legítimos dueños de esos dineros, lo mismo esta pasando con el presupuesto de educación, se lo estan tragando.

Ahora se están dedicando a la invación de la propiedad privada y agredir a las autoridades, sobre todo, de migración y a quienes tratan de organizarlos. Los haitianos que trabajan en el transporte de pasajeros son los más imprudentes e irrespetuosos de las normas, ese desorden lo traen en la sangre, en su ADN.

Como en su terruño viven cual si fuera en un pastizal, esa cultura la llevan donde quiera que van, a ellos nadie los quiere en su país, donde quiera que llegan son devueltos a su suelo.

La foto de portada ilustra el riesgo que corren los cinco usuarios de esa motocicleta, si se accidentan, todos van para un hospital público y no se sabe por cuanto tiempo; pero no pagarán los servicios prestados.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *