POR DR. ANTONIO CONTRERAS.- El butirato es un ácido graso de cadena corta, producto de la fermentación de los glúcidos por las bacterias presentes en nuestra microbiota intestinal, en el colon. Por lo tanto, se trata de un posbiótico

Se encuentra de forma natural en el tracto digestivo y sin él, el tejido intestinal es más vulnerable a la muerte celular, a la inflamación, a la atrofia de la mucosa y la patología colónica. El butirato actúa a nivel local, es decir, en las paredes del intestino, pero también a nivel sistémico en todo el cuerpo.

Los tipos de fibra que utilizan las bacterias intestinales para producir butirato incluyen Almidón resistente: se produce cuando ciertos almidones se cocinan y luego se enfrían (por ejemplo, arroz, patatas, etc.). También se encuentran en los plátanos verdes, verdes y la harina de plátano, Inulina – cebolla, ajo, alcachofa, espárragos, pectina: manzanas, zanahorias, naranjas y albaricoques, Fructooligosacáridos: plátanos, cebollas, ajo y espárragos, así como otras frutas y verduras, Arabinoxilano: se encuentra en los cereales como el trigo, el maíz, el arroz, el centeno, la avena y la cebada.

Representan la principal fuente de energía de las células del colon, Así como la glutamina es muy importante para las células del intestino delgado el butirato lo es para las células del colon o colonocitos; es su principal fuente de energía. Aproximadamente entre el 60-70% de su energía procede del butirato.

 

El butirato así como otros ácidos grasos de cadena corta se producen durante la fermentación de fibra dietética no digerida, como el almidón resistente  y los fructooligosacáridos. Dado que no somos capaces de digerir determinadas fibras, éstas pasan al colon, donde las bacterias buenas se alimentan de ellas y producen butirato, entre otros ácidos grasos de cadena corta; el individuo promedio no consume suficiente fibra para producir cantidades suficientes de butirato cada día, por lo que con frecuencia busca suplementos para la salud intestinal.

 

No obstante, no todos los suplementos intestinales son iguales y pocos contienen formas biodisponibles de butirato.

 

Por ello, es mejor adoptar un enfoque de alimentos primero para aumentar la producción por parte de nuestras bacterias de butirato y luego agregar un suplemento de butirato de alta calidad.

La única forma de saber si tenemos el nivel de butirato bajo es mediante un análisis de heces. Aunque es una prueba que ofrecen muchos laboratorios de análisis no se indica de manera convencional. Si no consumimos suficientes alimentos de origen vegetal, principalmente verduras y frutas, es muy probable que tengamos niveles bajos de butirato.

 

Las dietas ricas en grasas pro-oxidantes aceites refinados y grasas trans y muy bajas en carbohidratos también pueden afectar a las bacterias productoras de butirato. Además, cuando se mantiene una dieta occidental abusamos de alimentos ultra-procesados ​​que son pobres en fibras fermentables y además contienen un exceso de harinas y azúcares refinados por ello, con la dieta convencional deberíamos entender que tenemos una alta probabilidad de que nuestras bacterias productoras de butirato no estén en su mejor momento.

Los principales beneficios del butirato para nuestra salud intestinal es la principal molécula utilizada por las células del colon para generar energía, tiene potentes propiedades inmunomoduladoras y antioxidantes, Potencia la actividad de los macrófagos, es un potente antiinflamatorio ya que regula la actividad de NF-ƙB, estimula la producción de mucus intestinal por parte de Akkermansia muciniphila lo que disminuye la permeabilidad intestinal, aavorece la reparación de las “tight junctions”, su reparación se traduce en mejora de la permeabilidad intestinal, mejora la sensibilidad a la insulina y favorece el control de la glucemia, tiene efectos reguladores sobre el peso corporal y la composición corporal, ejerce un efecto anorexígeno ya que activa la secreción de hormonas implicadas en la saciedad. Se considera que entre el 60-80% del sistema inmunitario de nuestro cuerpo se encuentra en el intestino.

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