Por Francisco Portes B.- Ipso facto el alcalde de del municipio de Boca Chica, Ramón Candelaria canceló a un técnico por este haber participado en la Caminata celebrada por la Fuerza del Pueblo (FP) ayer domingo 30 de noviembre.
Por la velocidad que actuó el mencionado alcalde, se infiere, se colige que actuó contra su amigo mucho antes de culminar la gigantesca o colosal Marcha en la cual la FP demostró su artillería por medio de una convocatoria hecha a pocos días de la fecha de la realización de la misma.
El afectado por la acción de Ramón Candelaria, a quien de inmediato le encendió la candela fue Matías Monero Puello, que era el director de la policía municipal del mencionado ayuntamiento.
Antes de tomar la decisión, Candelaria, en su condición de político acre no pensó en las relaciones de amistad que se conjugan entre el afectado con la medida maquiavélica y él.
Dicha acción rápida revela que Ramón Candelaria es de las personas poseedora de una mirada que no traspasa la cercanía de la ventana más próxima a él. También refleja, aun utilizando lentes de gran espesor como una lupa, que su vista no llega a la LONTANANZA.
Toda decisión, si no se toma con soberbia, amerita un momento de reflexión, siempre y cuando no sea impulsada por influencia externa o cumpliendo un mandato superior o que reciba acicate impulsado desde fuera, indicando así que quien lo haga no tiene personalidad propia, que está a Mercedes de una fuerza que martilla desde atrás, cuya desobediencia implicaría aplicación del látigo.
El sabio San Agustín dijo: «Si de la verdad se toma ocasión de escándalo más útil es aceptar el escándalo que abandonar la verdad».
Cuando no hay razones para la realizacion de algunas deicisiones, siempre se apela la falta de firmeza o actuaciones endebles y escualidas o macilentas.
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