Ya sabíamos que el sabor de la bebida puede cambiar según si la tomas de un vaso, de una botella o de una lata. Un estudio ha demostrado algo más: que la comida también cambia de sabor, según el tipo de cubierto que utilices para comerla.
La forma del cubierto, el color, los materiales con los que están hechos e incluso su peso son factores determinantes en este cambio. Por ejemplo, un queso sabe más salado si lo comemos pinchado en un cuchillo. Los yogures tendrán más sabor si los tomamos con una cuchara blanca de plástico.
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